Todo empezó cuando un día mis papas hartos de verme metida solo en la música, me dijeron: oye tú, ¿no piensas estudiar nada? Y yo en mi mente decía: no, ¿para qué? Luego de un tiempo y pensándolo mejor a punta de peñiscones, decidí por obligación de mis papas estudiar algo, “lo que sea para que estén tranquilos” decía yo. Así que la primera vez que postule había estudiado tan solo tres meses en mi casa y bueno como era de esperarse no ingrese, mi primera decepción.
Un tiempo después decidí por mi misma postular una vez más, pero esta vez a una carrera que me gustara y que fuera con mi personalidad. Me preparé un tiempo en la academia, me inscribí para el examen, recuerdo que ese día en la inscripción la señorita que me inscribía me pregunto por mi segunda opción, ¿segunda opción? Me dije, pues no, no había pensado en ninguna segunda opción así que le dije que pusiera lo que sea. Llego el día del examen, lo di y espere. Ya en la noche, esperaba los resultados y oh! Sorpresa, no ingrese :(, pero hubo otra oh! Sorpresa, había ingresado a mi segunda opción, ¿segunda opción?...pero si no sabía ni que había puesto como segunda opción.
En fin, ese día me dije: No!, volveré a postular y así me la pase algunos exámenes mas y siempre quedándome por unos míseros tres o dos puestos de diferencia. Lo irónico era que todas las veces que había postulado, había ingresado a la tan famosa “segunda opción”.
La última vez que postule, recuerdo que me dije: si no ingreso esta vez se termina todo. El día del examen fue la primera vez que estuve nerviosa, lo di y espere. Ya en la noche no escuche la radio, esperaba que alguien me llamara y me diera la buena noticia, pero no fue así. Me llamaron sí, pero para felicitarme por haber ingresado a mi segunda opción. Como de costumbre. Lo pensé mucho, y antes de acreditarme a mi famosa segunda opción, preferí averiguar de qué trataba, que estudiaba.
La tan famosa “segunda opción” era la Antropología, ¿antropología?...y ¿qué rayos estudia eso?! Me dije. Gracias a un amigo músico y antropólogo egresado, pude saber un poco mas de esta ciencia social y así conociendo ya lo que esta carrera estudiaba no me lo pensé mas y decidí quedarme con la carrera.
Ya había pasado el tiempo, recuerdo que el primer día de clases fue algo gracioso, pues las clases empezaban 7:00am y todos estábamos en la universidad desde las 6:30am. Fue algo histórico, pues nunca se volvió a repetir. En salón estaba con todos mis compañeros dentro y yo estaba más asustada que gato en perrera. Todos nos mirábamos las caras, pero nadie decía nada, era tanto el silencio que podría asegurar que hasta el volar de una mosca podía escucharse.
Volví a casa y le conté a mi familia mi primer día de clase, recuerdo que mi hermano mayor me dijo: “así están ahorita, espérate que pase una semana” y dicho y hecho, la semana siguiente me sabia el nombre de todos mis compañeros y todos conversábamos muy alegremente.
La semana siguiente ya era la delegada de mi salón o como me decía mi un querido amigo: “la delgada del salón” jaja. Aquello me ayudo a conocer mejor a todos mis nuevos amigos de clase; sus personalidades, sus principios y sus locuras.
Pasado el tiempo hice muchos amigos fuera del salón de clase, amigos que nos aconsejaron, que nos guiaron y por qué no decirlo, que nos ayudaron con los trabajos. Nos pasaron muchas cosas, agradables y otras no tanto, pese a que hubieron cruces de palabras, es natural en la U de todo se ve. Eso ya no importa más.
Conocí también personas con gustos parecidos a los míos, me refiero a la música. Pues con estos amigos nuevos aprendí mucho mas de la música y con ella el amor, y con ella el dolor.
Hoy en día estoy feliz de haberme decidido por la antropología y amo esta carrera!!...amo lo que puede aprender de ella, amo lo que se puede enseñar de ella; amo que es repuesta a preguntas y que es solución a problemas… tal vez no sea una carrera reconocida, pero la es mejor carrera que te puedas imaginar, pues no siempre el reconocimiento representa calidad. No quiero parecer presuntuosa, claro que no! Simplemente expreso lo que siento que vale y no me da lástima, para nada, que sea vista con indiferencia y menosprecio. Por el contrario, me da el valor para educarme, estudiar más, salir de mi ignorancia, olvidarme de mis perjuicios.
Gracias a esta experiencia hoy tengo grandes amigos y tres amigas en especial, mis queridas Diana, Lorena y Yussely. Sé que no han estado conmigo desde el principio, pero sé que estarán de aquí en adelante. Obviamente no a todos les caigo bien, pero…que aburrido caerle bien a todo el mundo!
Desde hoy, no me voy a quedar más de brazos cruzados, no me voy a quedar sentada inmóvil, voy a luchar por lo justo, voy a ser el grano de arena que de inicio a un cambio de rumbo. Todo hay que lograrlo con humildad, todo hay que hacerlo por voluntad. Todo lo que soy hoy en día, es en parte gracias a mi Universidad. :)
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